A veces, las oportunidades más importantes llegan sin previo aviso. No se anuncian ni se planean. Para Valentina Marín, todo comenzó con una simple invitación de una amiga del colegio, que sin saberlo marcaría el inicio de un camino capaz de transformar su vida.
En 2013, poco después de llegar a Panamá con su familia, esa invitación la llevó al programa Enlaces. Tras audicionar, fue aceptada y comenzó a formar parte de un espacio que pronto se convertiría en su segundo hogar.
En Enlaces, Valentina encontró un entorno donde sentirse escuchada, acompañada y valorada. A lo largo de los años, construyó amistades profundas y vivió experiencias que dejaron una huella significativa en su desarrollo personal. Las maestras, el equipo del programa y los demás jóvenes fueron parte esencial de ese proceso, acompañándola a ampliar su mirada, fortalecer su confianza y descubrir nuevas posibilidades para su futuro.
Más que un espacio de formación, Enlaces se convirtió en una red de apoyo real. Allí, Valentina no solo aprendió nuevas habilidades, sino que también encontró un lugar seguro para crecer, equivocarse y volver a intentarlo. Fue en ese entorno donde comenzó a comprender que su historia podía ir mucho más lejos de lo que había imaginado.
Hoy, Valentina tiene 24 años y es licenciada en Fisioterapia. Mira su recorrido con orgullo y agradecimiento, reconociendo el rol que tuvo la Fundación Espacio Creativo y el programa Enlaces en su proceso de crecimiento. Gracias a la oportunidad de participar y a su propio compromiso por aprender y superarse, logró enfrentar distintos desafíos y avanzar en su formación profesional, alcanzando una de las metas que siempre soñó.
La historia de Valentina no es un caso aislado. Programas como Enlaces y Sandbox acompañan a niños, niñas y jóvenes en la construcción de su desarrollo, ampliando horizontes y generando oportunidades reales. Cada proceso es único, pero todos comparten un elemento en común: el impacto positivo que se produce cuando existen espacios que creen en el potencial de las personas.
Desde Fundación Espacio Creativo, seguimos trabajando para que más historias como la de Valentina sigan escribiéndose. Construir futuro no es una idea abstracta, sino una tarea diaria que se sostiene gracias al compromiso, la dedicación y el acompañamiento de quienes creen en un mundo con más oportunidades. Cada persona que se suma a este esfuerzo contribuye a que más niños, niñas y jóvenes puedan descubrir su camino y proyectar un futuro posible.